Han pasado más de 500 años desde el “descubrimiento” de América, ocurrido en 1492 con la llegada de Cristóbal Colón. Este hito en la historia de la humanidad desencadenó una serie de cambios significativos, tanto en términos de exploración y expansión geográfica, como en el intercambio cultural entre Europa y América.
Uno de los aspectos que han surgido en los últimos 20 años en relación a dicho intercambio es el concepto de apropiación cultural. Éste se refiere al uso o adopción de elementos culturales de una determinada comunidad por parte de otra, sin respetar su origen o significado original. En el contexto de la moda, esto se ha manifestado en ocasiones a través de la utilización de símbolos, patrones o estilos inspirados en culturas indígenas americanas, sin tener en cuenta su valor cultural y su historia.
Algunas marcas conocidas han sido objeto de críticas y controversias y se les ha acusado de explotar elementos de la cultura indígena para obtener beneficios comerciales, sin tener en cuenta los derechos de las comunidades originarias ni el retorno que podrían percibir. Esto plantea importantes interrogantes sobre la ética y la responsabilidad de las marcas en el uso de elementos culturales en sus diseños. Valen como ejemplos los productos de Urban Outfiters con diseños del pueblo Navajo (2012), los dos casos protagonizados por Isabel Marant contra los pueblos mexicanos (2015 y 2020) o la colección Resort 2020 de Carolina Herrera, también denunciada por los pueblos originarios mexicanos, entre muchos otros casos.
En este contexto, es relevante considerar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los ODS son una serie de metas globales que buscan abordar los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo, entre ellos la promoción de la igualdad, el respeto a los derechos humanos y la protección del patrimonio cultural.
La relación entre el Descubrimiento de América, la apropiación cultural en la moda y los ODS radica en la importancia de promover un enfoque ético y respetuoso en la industria de la moda.
Es fundamental que las marcas reconozcan la diversidad cultural y valoren la autenticidad de las tradiciones y expresiones de las comunidades indígenas. Asimismo, es necesario impulsar la inclusión y la equidad en la moda, fomentando colaboraciones y alianzas con diseñadores y artesanos de las culturas originarias.
Algunas acciones clave para promover el respeto por las diversas culturas y evitar la explotación son:
- Educación y conciencia: investiga y comprende la herencia, historia y el significado cultural detrás de las prendas, textiles o diseños que te atraen y quieres incorporar a tus creaciones.
- Colaboración auténtica: trabaja en estrecha colaboración con diseñadores, artesanos y comunidades que pertenecen a la cultura en la cual te inspiras. Reconoce y valora sus contribuciones, y busca compensarlos adecuadamente.
- Respeto por la propiedad intelectual: respeta los derechos de autor y las marcas registradas de las culturas en cuestión. Evita la copia directa y busca inspiración sin plagiar.
- Diálogo abierto: establece un diálogo transparente con las comunidades culturales afectadas por tus creaciones. Escucha sus opiniones y considera sus preocupaciones.
- Equidad y justicia: aboga por prácticas comerciales justas y éticas en toda tu cadena de suministro. Asegúrate que los artesanos y trabajadores reciban una compensación justa por su trabajo.
- Sensibilidad cultural: ten cuidado con la representación y la iconografía cultural en tus diseños y campañas publicitarias. Evita estereotipos y apropiaciones insensibles.
- Reconocimiento y atribución: da siempre crédito a las fuentes de inspiración cultural en tus creaciones y promociones. Destaca la influencia cultural de manera positiva.
En última instancia, la transformación de la apropiación en apreciación cultural es un proceso continuo que implica aprender, escuchar y evolucionar constantemente para asegurar que las influencias culturales se manejen de manera ética y respetuosa.